Dios es el dueño de las mareas del mundo. Sólo él conoce cuándo debe de ocurrir cada suceso que nos importa y necesitamos. Muchas veces desesperamos porque algo que necesitamos no ocurre. Estos son los mejores momentos para reflexionar sobre lo que ansiamos. ¿Es realmente necesario? ¿Dios lo desea realmente para nosotros? ¿Quizás espera el momento adecuado o quizás deseamos algo que no está en los planes de nuestra vida. ¿Cómo saberlo? Leamos los Evangelios, meditemos sobre nuestros deseos y oremos.
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