Se siente mejor quien trabaja para Dios, sin reconocimiento humano, que quien trabaja para el marketing sin estar con Dios.

¿Qué buscamos cuando hacemos algo? Apariencias, simulacros, llamativos reclamos para que los demás se fijen en nosotros. Dios que está en lo oculto nos llena de fortaleza cuando empezamos a ver que nuestras acciones son producto de la mano de Dios. Demos gracias por ello.

Si no somos humildes, siempre vamos a estar tratando de hacer el trabajo de Dios y nuestros planes difícilmente llegarán muy lejos.

La humildad es como el combustible que mueve los vehículos. Si lo pensamos, este combustible no es nada agradable al tacto, olor y sabor. Pero, cuando el motor comprime el combustible, este se convierte en energía. Energía que mueve aquello que antes estaba quieto.

Señor, confírmanos y fortalécenos, para que a medida que crecemos en edad, podamos crecer en gracia y conocimiento de Ti

Nuestra esperanza no está en el mundo que nos rodea. Este mundo nos ofrece luces y sombras, pero siempre termina por cansarnos y utilizanos. Por eso pedimos a Dios que nos llene de fuerzas y que estas fuerzas partan de la esperanza que anida en nosotros. No pensemos que todo cambia para mal. La gracia de Dios nos ayuda a minar, siempre que dejemos que ella nos mueva