Se siente mejor quien trabaja para Dios, sin reconocimiento humano, que quien trabaja para el marketing sin estar con Dios.

¿Qué buscamos cuando hacemos algo? Apariencias, simulacros, llamativos reclamos para que los demás se fijen en nosotros. Dios que está en lo oculto nos llena de fortaleza cuando empezamos a ver que nuestras acciones son producto de la mano de Dios. Demos gracias por ello.

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